Mi alma era un traje celeste como el cielo; lo dejé sobre una roca junto al mar y desnuda llegué hasta ti y parecía una mujer. Y como mujer me senté a tu mesa y brindé con vino y aspiré el aroma de unas rosas. Me encontraste bella y semejante a alguien que en sueños viste, olvidé todo, olvidé mi infancia y mi patria, sólo sabía que tus caricias me tenían cautiva. Oh, aférrame entre tus brazos, tan fuertemente que ya no necesite nada más.
1 comentario:
Rosa, encantada de conocerte!
Antes que nada, decirte lo que digo siempre para las personas que nos abandonaron físicamente... "ellos siempre estarán vivos en nuestros corazones" y esa es una gran verdad!
Recién hoy ví tu mensaje en mi post sobre el ángel de la Navidad. Todo lo que publico en mi blog, puede ser utilizado por quien desea, así que todo lo que te sea útil de allí, lo sacas sin problemas, yo no me enojo, al contrario, me pone conenta que sea útil!!
Te mando un beso grande y no te tortures preguntando por un "por qué".. los desgnios de Dios, sólo El los sabe y los entiende....
un beso♥
Publicar un comentario